olicía ha decidido integrar androides entre sus filas. El detective John Kennex se ve envuelto en una trampa y pierde a su compañero humano, además de quedar inválido. Al reintegrarse al Cuerpo, con una prótesis en su pierna, le es asignado un compañero robótico, del que rápidamente se deshace. No será hasta que acepte a Dorian, otro androide de una generación anterior que fue desechada por tener sentimientos y reacciones demasiado humanas, el momento en el que podrá enfrentarse a los criminales.
Esta nueva serie tenía, a priori, buena pinta: Creada por J.H. Wyman, uno de los responsables de Fringe; efectos especiales, una historia no demasiado original (Kennex recuerda por momentos al personaje de Will Smith en Yo, robot...) pero resultona.
Vistos los tres primeros episodios todo se resume en un procedural más, con un tonillo humorístico que tira para detrás y que lo único que hace para destacar es meter algún gadget futurista en cada entrega. Ah, y eso sí, cuenta con una de las bandas sonoras más horripilantes de la tele. Parece por momentos que le han dado un sintetizador a un chimpancé..
Distraída pero poco más (no se por qué, pero ha habido momentos de conversación entre los dos policías que me recuerdan a aquella serie de mi infancia llamada Holmes & Yoyo...)
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