viernes, 25 de octubre de 2013

PRISONERS

Esta película guarda ciertas similitudes con la ópera prima de Ben Affleck, "Adios, pequeña, adiós": Se retrata el dolor y la estupefacción de dos familias cuando las dos hijas pequeñas de ambas son raptadas. Si uno de los padres,
Thomas Birch (Terrence Howard) se dedica a ayudar a la policía en su infructuosa búsqueda, el padre de la otra, Keller Dover (Hugh Jackman) descarga todas sus sospechas e ira sobre la figura de un chuco retrasado que parece saber algo sobre la desaparición de las niñas. Dover es un tipo religioso, estricto, amante de los suyos pero también desconfiado y un poco obsesionado por "lo que pueda pasar", ya que guarda en su sótano un auténtico arsenal y comida para varios meses...
Mientras que la investigación liderada por el agente Loki (Jake Gyllenhaal) parece no dar demasiados resultados, Dover rapta al chico y lo tortura sin demasiados resultados.
A diferencia de la película de Affleck, el protagonista aquí no cae demasiado bien y, aunque comprendemos sus motivaciones, llega demasiado lejos a la hora de encontrar la verdad y tendrá que pagar un alto precio por ello.
El director de la magnífica "Incendies", Denis Villeneuve, nos narra aquí la historia con tremenda sutileza. Es poco lo que se muestra y con un ritmo pausado, iremos descubriendo con horror, la verdad que se oculta tras la misteriosa desaparición.
Tanto Jackman (alejado de garras de adamantium) como Gyllenhaal componen dos personajes con variados matices: Un padre atormentado por el pecado y un policía obsesionado por el pasado y su relación con el caso.

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