martes, 17 de enero de 2012

SHERLOCK. THE HOUNDS OF BASKERVILLE - THE REICHENBACH FALL


He querido esperar hasta el tercer y último episodio de esta segunda temporada para comentarlos. Después de la impresionante experiencia que resultó A scandal in Belgravia era complicado estar a su altura, aunque la historia del sabueso de los Baskerville es una de las más conocidas de Conan Doyle y por ello pensábamos que daría buen material para este Sherlock moderno. Por desgracia, fue todo lo contrario. Si algo caracteriza a esta serie es su ritmo y el segundo episodio comienza con una larga, interminable, escena en el apartamento de Baker Street. Posteriormente Sherlock y Watson se trasladan al interior del país. Al principio el detective se niega a aceptar el caso y sólo una palabra, hound, hará que cambie de pensamiento. Otra larga escena de conversación en el coche y después unos bonitos pero innecesarios planos de Sherlock sobre las rocas, oteando el horizonte.
Al episodio le falta ritmo, el ingenio que demuestra cuando escribe los guiones Moffat. Éste en concreto es del co-creador de la serie, Mark Gatiss, que interpreta al repelente Mycrof Holmes.
Después de una visita a una secreta base militar, la solución a unas misteriosas luces y otras visitas a las rocas, todo el caso estará basado en un trauma infantil. Una imagen de una camiseta que persigue como una pesadilla al joven Henry Knight y el enfrentamiento final con el "terrible" sabueso (mala animación por ordenador, se la podían haber ahorrado) en el interior del bosque donde murió el padre de Knight.
Junto al segundo episodio de la primera temporada, The blind banker, lo más flojo de la serie.

Y llegamos al tercero y último de esta segunda tanda. Curiosamente, está escrito por Steve Thompson, que no se lució demasiado en la anterior temporada y que, sin embargo, se redime ofreciéndonos un juego del ratón y el gato donde Sherlock, pese a sus habilidades, irá siempre un paso por detrás del terrible James Moriarty. El villano es arrestado tras colarse con extrema facilidad en la exposición de las Joyas de la Corona inglesa, abrir la caja fuerte del Banco de Inglaterra y casi provocar una fuga masiva en una de las prisiones de la ciudad. En el juicio, Sherlock es requerido como especialista y pese todos sus esfuerzos, Moriarty sale libre. Comienza un pulso en el que la carrera del detective peligrará y finalmente deberá hacer el mayor sacrificio de todos.
El episodio tiene un ritmo perfecto, la trama está perfectamente explicada y nos deja uno de esos cliffhangers que nos estará persiguiendo hasta el estreno de la próxima temporada.

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